domingo, 27 de noviembre de 2011

Copiando a los que piensan.

Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya escrito.

Hay que vigilar a los ministros que no pueden hacer nada sin dinero y a aquellos que quieren hacerlo todo sólo con dinero.

Cuando yo era chico me decían que cualquiera podía llegar a presidente de la nación. Estoy empezando a creerlo.

El verdadero amigo es aquél que está a tu lado cuando preferiría estar en otra parte.

El arte es la firma de la civilización.

Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello.

La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades.

Lo que distingue al hombre de los otros animales son las preocupaciones financieras.

Si quieres conocer el valor del dinero, trata de pedirlo prestado.

Realmente, sólo los padres dominan el arte de educar mal a los hijos.

El hombre comienza en realidad a ser viejo cuando cesa de ser educable.

Es más acertado contener a los niños por honor y ternura, que por el temor y el castigo.

La esperanza es el sueño del hombre despierto.

La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido.

Gracias a la guerra uno no sólo puede morir por sus ideales, sino que incluso puede morir por los ideales de otro.

Muchas veces las leyes son como las telarañas: los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los grandes la rompen.

Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo.

Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar.

El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo.

Antes de poner en duda el buen juicio de tu mujer, fíjate con quien se ha casado ella.

No es verdad que el matrimonio sea indisoluble. Se disuelve fácilmente en el aburrimiento.

Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará.

La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros.

La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos.

Todo hombre es tonto de remate al menos durante cinco minutos al día. La sabiduría consiste en no rebasar el límite.

Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrense lo tonto que será. 

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